viernes, 12 de abril de 2013

La consolidación de un proyecto

Como recién ascendido a la Liga Adelante, la meta de inicio pasaba por conseguir la permanencia con el objeto de no repetir el paso efímero de un año por Segunda División en la campaña 2010-2011. El éxito ya está asegurado, con una campaña más que notable. El logro del playoff acreditaría el gran trabajo realizado por el conjunto berciano. Pero el paso firme, a fin de consolidarse en la categoría de plata, es innegable. 

El esquema táctico de la Ponferradina será un 1-4-4-2 siempre y cuando Yuri y Máyor sean titulares. Salvo sorpresa mayúscula, partirán de inicio. De no ser así, entraría un jugador de tres cuartos para servir de enlace entre la medular y la referencia, pasando al 1-4-4-1-1. A los mandos, Claudio Barragán. El técnico valenciano ha sabido exprimir la plantilla y mantener la regularidad necesaria durante toda la temporada. 






La baja de Carpio


Factor favorable clave para los intereses del Córdoba. Carpio es insustituible. A priori, la trascendencia de no poder contar con un lateral puede ser cuestionada, pero la filosofía de juego berciana no invita a ello. Se convierte en vital las funciones de los laterales, aportando profundidad en ataque con constantes idas y venidas y erigiéndose como piezas determinantes en las transiciones defensa-ataque. A buen seguro, Crlos Ruíz entrará de central y Alan Baró se desplazará al lateral derecho, con una mayor vocación defensiva. En el lateral izquierdo Nano intentará hacer del lado siniestro una autopista.

Principal arma: el ataque por oleadas


La Ponferradina junta líneas y espera normalmente al rival. Sirve de elemento potenciador a los contragolpes bercianos. Las dos bandas, Acorán y Saúl, son jugadores hábiles, rápidos, verticales y dinámicos. Con campo para correr, se vuelven altamente peligrosos. Ellos, junto a los dos puntas + la incorporación de un lateral presentan un escenario de ataque en superioridad. La idea es clara: la contemplación no tiene cabida y cuanto antes salga el balón de la primera línea de presión rival, el ataque de los de Barragán gana crédito. Batir líneas y el pase al espacio, las premisas.


Los roles de Yuri y Máyor


La compenetración de ambos roza la perfección. Siempre debe haber uno en una zona más central; el otro posee libertad de movimientos (normalmente Yuri). En materia defensiva, deben tapar la línea de pase a pivotes y centrales contrarios. En ataque, son protagonistas en el juego asociativo avalados por el gran juego de espaldas a portería rival de ambos. Yuri cae más a banda, le practican el aclarado y el 1x1 por potencia marca diferencias. Máyor alterna la referencia con buenos desmarques de ruptura buscando la espalda de los defensores rivales.

Lo mejor


Sin ansiedad. El objetivo marcado ya se consiguió, y el hambre sin presión por cotas mayores es incalculable.

Lo peor


Falta de fondo de armario. Fichajes como Hélder Rosario, Wellington Silva y Jozabed no están cumpliendo con las expectativas.

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